miércoles, 23 de junio de 2010

"Historia de la Virgen de ItatI"

El origen de la Imagen


Sin dudas la belleza de la imagen de Nuestra Señora de Itatí, impacta cada ocasión en que una persona tiene la posibilidad de apreciarla. Su tez morena y la dulzura de sus ojos de Madre, que parecieran constantemente estar mirando a quien acude a ella, hacen que su rostro transmita una sensación de inmensa paz y tranquilidad.
Esta imagen, cuyo cuerpo fue tallado en timbó y su rostro en nogal, mide un metro veintiséis centímetros de altura (1,26 m), representa una Virgen de cabello negro, de pie sobre una media luna, con las manos juntas en posición de oración, con un rosario rodeandolas.

Viste un manto azul, con detalles bordados en dorado y en su cabeza una túnica blanca, sobre la que reposa la corona, rodeada de doce estrellas, que el 16 de Julio de 1900, en el atrio de la Iglesia de la Cruz de los Milagros de la Ciudad de Corrientes, el doctor Paendo de Lastra y Gordillo, por ese entonces obispo de Paraná, Corrientes y Misiones, colocara sobre sus sienes, misma que el Papa León XIII, bendijera en su capilla del Vaticano.

El 23 de abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona de la Diócesis de Corrientes, creada en 1910 por el Papa Pío X, y hoy es reconocida como protectora de todo el NEA.

Pero, ¿cómo y de dónde llegó esta hermosa imagen a los dominios de Santa Ana? La misma imagen era venerada ya cuando fray Luis de Bolaños y fray Alonso de San Buenaventura, abandonando las misiones del Guairá, la trajeron consigo y extendieron su culto entre los que poblaban los dominios del Yaguarón.

Allí, en lo que es hoy Taba Cué se le construyó un humilde oratorio con las piedras que abundan en el Paraná. Una irrupción de los indios comarcanos, del sur del Tebiacuarí, destruyó el oratorio y se llevó la imagen. Hallada en la reducción de Bolaños, en el cuarto de fray Luis Gómez, de donde la volvió a arrebatar un indio principal llamado José, que poseía una chacra cerca del arroyo Yaguarí, en donde sus hijos pequeños, se dedicaban a la pesca.

En una ocasión en que el Paraná bajó, los indiecitos no pudieron hallar pesca en el arroyo y se fueron hasta el recodo del profundo cauce del río, en las inmediaciones de la Calería, y frente a la llamada lsla Verde, cuál seria el asombro de los indios al divisar sobre una piedra la imagen arrebatada de la Iglesia de la reducción, con su misma indumentaria tallada y el mismo noble y piadoso porte de súplica! La admiración cobró proporciones en aquellas almas sencillas que de inmediato emprendieron el retorno. El padre doctrinero fray Luis Gómez fue informado enseguida y organizó el traslado de la lmagen de Yaguarí.

Pero llegamos a un punto que nos desconcierta de nuevo: según una antigua leyenda oral, que fue alterándose con el correr de los años, "pero que se mantuvo intacta de padres a hijos, en la vida de la población indígena y que, siendo más tarde descuidados y saqueados los archivos del pueblo y menospreciados los antiguos informes, solo se conservó en sustancia", parece que luego del traslado de la imagen a Yaguarí, desapareció sorpresivamente y tras una afanosa búsqueda fue hallada en el mismo lugar donde la encontraron los hijos del indio José. Regresada a Yaguarí, volvió a desaparecer, descubriéndosela en el mismo sitio anterior; con lo que el padre doctrinero comprendió que allí deseaba recibir veneración la Virgen. En consecuencia, el padre Gómez resolvió trasladar la población a las inmediaciones del lugar del hallazgo. "Por otra parte, Yaguarí debía forzosamente trasladarse, ya qué su situación se prestaba a los atropellos, mientras que el lugar del hallazgo, por lo alto y abrupto, se prestaba más para la defensa contra las irrupciones."

Podemos, considerar que, piadosa y maternal, la Virgen indicó el lugar estratégico , para que su culto no se viera impedido por los continuos sobresaltos que debía experimentar en el viejo Yaguarí.

Santa Ana quedó abandonado, siendo desde entonces conocido con el nombre guaraní de Taba-Cué (que fue pueblo); la nueva población recibió su bautismo mariano con el nombre de Pueblo de los Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatin, que más tarde fue cambiado por el de Pueblo de la Pura y Limpia Concepción de ltatin por fray Juan de Gamarra.
Historia de la Virgen de Itatí
La Virgen de Itatí, que se venera en el santuario de la localidad homónima, surgió luego de que el franciscano Luis de Bolaños llevara a esta imagen de la Virgen en 1589 a su lugar actual. La imagen está tallada en timbó y el rostro en nogal; el nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní "ita", roca, y "tí ", blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.

La imagen de la Virgen de Itatí es una talla en madera que mide un metro con veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca, y se considera realizada por una artista indígena de una de las tantas reducciones que jalonaban el Alto Paraná.

Se cree que la imagen de la Virgen de Itatí fue traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá. Los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indígenas, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció de allí.

Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra (Itatí en guaraní significa "punta de piedra") rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.

Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y el fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a ala que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y el fray Luis de Gamarra, párroco el lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen.

En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: "... se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto". Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen.

Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona.

El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad el Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio.

El Santuario de Itatí, a orillas del Alto Paraná y a 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes, en la República Argentina, es uno de los más importantes de América. Cada año alrededor de 2 millones y medio de fieles, no sólo de Argentina, sino también de otros países sudamericanos, se dirigen a la gigantesca Basílica a dar testimonio de su devoción y amor por Nuestras Señora de Itatí.
La devoción en nuestros tiempos

Una multitud ferviente y emocionada calculada en más de 100.000 personas que ocupaban buena parte de las 14 hectáreas del campus de la Universidad Nacional del Nordeste, recibieron a la imagen de Nuestra Señora de Itatí, que fue traída desde su santuario, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes. Esta es la cuarta vez en sus 400 años de historia que la talla original de la patrona correntina deja el altar de la basílica. La anterior salida había sido en 1987, durante la visita de Juan Pablo II a la provincia.

La imagen, celosamente resguardada en una caja de cristal, partió del santuario de Itatí a las 7 en una camioneta con cureña detrás, y custodiada por una decena de vehículos y motocicletas de la policía provincial. Tras llegar a la localidad correntina de Paso de la Patria se sumó un importante número de automóviles y peregrinos, que obligó a la caravana a avanzar mucho más despacio. A las 10, una hora después de lo previsto, la imagen hizo su entrada triunfal al complejo universitario en medio de vítores, agitar de pañuelos y lágrimas de emoción.

Las dimensiones de la cureña que la transportaba impidieron que la Virgen ingresara por la puerta central del campus, lo que provocó que miles de fieles corrieran tras ella para estar más cerca de la patrona. Fueron apenas unas pocas horas de la presencia mariana -que al mediodía regresó a su santuario natural-, pero los participantes al X Congreso Eucarístico Nacional recibieron como "una gracia" que la Virgen bajara a visitarlos.

El arzobispo de Corrientes, monseñor Domingo Castagna, destacó la figura de María como "mujer eucarística", especialmente "su docilidad al Don de Dios, mediante un corazón puro y pobre, condición indispensable para hacer fructífera nuestra comunión con el Cuerpo y Sangre de Jesucristo".
"No podríamos concluir este Congreso sino de la mano de María. Ella cuida la pureza de nuestros corazones, recuperada por la penitencia, y orienta nuestro compromiso histórico para hacer de la Argentina un pueblo fraterno y justo, solidario y respetable, austero y definitivamente fiel a sus nobles y cristianas tradiciones". Asimismo, recordó que "en su regazo, como Jesús descendido de la Cruz, está nuestro pueblo sumido en el dolor indecible de la pobreza, pero recibiendo de Ella su firme esperanza de la Resurrección".
"A Jesús por María. Es el secreto de nuestro encuentro con Cristo -concluyó-. Es el camino práctico, el atajo abierto por Dios para llegar rápidamente al Artífice de nuestro verdadero cambio interior, de nuestra necesaria regeneración".

ORACION A NUESTRA SEÑORA DE ITATÍ

Tiernísima Madre de Dios y de los hombres, que bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, miraste con ojos de misericordia por mas de tres siglos a todos los que te han invocado. Atiende nuestras necesidades que tu mejor que yo las conoces. Concédenos un gran amor a tu divino Hijo Jesús y un corazón puro, humilde y prudente, paciencia en la vida, fortaleza en las tentaciones y consuelo en la muerte.

Amén

"Historia del Chamame"

El Chamamé en Corrientes
EL CHAMAME EN CORRIENTES

El Chamamé en Corrientes
Es indiscutiblemente la principal representación de la danza y la música correntina, infaltable en cualquier evento o festividad, tanto pública como familiar.

El chamamé es una danza alegre y animada, que merece ser conocida y disfrutada por quienes eligen visitar la provincia de Corrientes.

Este ritmo es un elemento cultural que trasciende la música, ya que se convierte en expresión personal y colectiva.


Cuando alguien puede describir el sentimiento de todos en la música, en la letra.
Entonces brota el sapukay, desde lo más profundo del alma. Las poesías y las temáticas que se describen en las canciones son una clara expresión de la cotidianeidad, del origen y de las tradiciones de Corrientes.
Historia del Chamamé
Con epicentro en la provincia de Corrientes, su influencia llega al este del Chaco, norte de Santa Fe y norte de Entre Ríos. El sur de Misiones y parte del este de Formosa, participan de la vigencia del Chamamé.

Antiguamente se relacionaba al Chamamé con danzas cortesanas antiguas, que se bailaban desde la expulsión de los Jesuitas de nuestras tierras correntinas, allí reside el origen del chamamé con la mezcla de las distintas etnias que poblaron Corrientes.

El éxodo de correntinos hacia los algodonales y obrajes chaqueños en busca de mejores condiciones y su posterior afincamiento definitivo, ha provocado un desplazamiento hacia el este del área del Chamamé y prácticamente los estratos populares rurales de las dos provincias que responden a la pauta folklórica guaranítica, son los portadores más importantes de esta expresión del folklore musical.

La proyección del Chamamé en escala nacional producida por una preferencia general hacia los motivos musicales guaraníticos en los medios urbanos, hecho que iniciado hace unos quince años aproximadamente, crece en intensidad, y la difusión de composiciones lírico-musicales inspiradas en los ritmos del litoral podrían provocar consecuencia del movimiento interior-capital-interior, un ensanchamiento o por lo menos una revitalización del Chamamé en las áreas marginales a la región donde tiene su ámbito natural y efectivo, por el prestigio que le otorga la metrópolis convirtiéndola en moda nacional. Nuevamente damos al pueblo y al tiempo la palabra definitiva.

Chamamé Orillero es en el que se notan influencias del tango. Tal hecho ocurre en las periferias de las ciudades del ámbito guaraní.
Chamamé Ganci o Chamamé triste es una modalidad del Chamamé y se caracteriza por su tónica, también se lo denomina Chamamé Canción.

Otros Conceptos
Si atendemos a su condición de música folklórica, el Chamamé no cuenta con la antigüedad de otras danzas argentinas de esa especie, aunque debemos reconocer que su área de expansión y la penetración en el espíritu de los argentinos es muy superior al de muchas de aquellas.

En sus orígenes, el Chamamé fue una danza rural de pareja, pero la mencionada expansión por toda la zona mesopotámica primero, y por el resto del país luego se produjo también como un género vocal - instrumental.

El Chamamé es hoy, una de las pocas danzas populares argentinas que se baila de manera masiva en todo el país y que nunca ha perdido vigencia.

Su conformación musical hay que ubicarla hacia 1870, cuando en el acordeón de dos hileras de cantos y ocho bajos, conocido popularmente como verdulera, llegó a Corrientes de la mano de los inmigrantes europeos.

Así, y en combinación con la voz humana, el bandoneón, el contrabajo y las guitarras, terminaron por definir el sonido de esta música argentina.
Existen varios tipos de Chamamé, que reflejan a su vez diversos estados emocionales o circunstanciales de sus cultores.

Podemos diferenciar, por ejemplo, el Chamamé Maceta de pulso y ritmo más vivos y habituales en los grupos que tocan en festivales y bailes, del Chamamé Caté, más elegante y en lengua guaraní.

"Historia de Corrientes2

Historia y cultura de Corrientes

Origen de Corrientes
La historia de la provincia de Corrientes se comienza a escribir cuando los conquistadores Alonso de Vera y Hernandarias de Saavedra, fundaron el 3 de abril de 1588, un poblado que bautizaron San Juan de la Vera de las Siete Corrientes.

El lugar al que habían llegado, después de 4 meses de ardua marcha y constante asedio de los guaraníes, pasó a llamarse poco tiempo después simplemente Corrientes.

Los Guaraníes
Además de otras tribus como los Cara Cará y los Charrúas, los Guaraníes fueron el principal grupo indígena que marcó la cultura de Corrientes y la idiosincrasia de este pueblo hasta nuestros días.

Eran hábiles cazadores, pescadores y poseedores de un lenguaje tan rico, que en la actualidad aún se usan algunos de sus vocablos, como por ejemplo: Itatí, Itá Ibaté, Caá Catí, etc.

Las Misiones Jesuíticas
Los guaraníes hostigaron a los conquistadores durante tres años desde su llegada, pero finalmente el pueblo indígena fue derrotado por Alonso de Vera. Años más tarde, comenzaron las fundaciones de las reducciones jesuíticas, a la orilla del río Uruguay.

En primer lugar se fundó Yapeyú, lugar donde años más tarde nacería el Libertador de América, Don José de San Martín en 1627. Le seguirían La Cruz, San Carlos y Santo Tomé en 1632. Tiempo después, Manuel Belgrano en su paso por Corrientes fundó la ciudad de Curuzú Cuatiá.

Primeros pasos de Corrientes
La provincia se creó en 1814 y se reconoció a la ciudad de Corrientes como su Capital. En 1821, se convirtió en la primera provincia que dictó su propia constitución.

El 28 de diciembre de 1839 el gobernador Genaro Berón de Astrada, autorizado por el Congreso, declara la guerra a Rosas.

Triunfos y derrotas se suceden sin que la provincia de Corrientes provocara la derrota de Rosas, hasta que en 1852 el ejército de Urquiza y fuerzas correntinas, encabezadas por el Coronel Miguel Virasoro, derrotan las huestes rosistas en la Batalla de Monte Caseros.

El 24 de Abril de 1855, se estableció el régimen municipal, se instaló el Congreso General Constituyente, y el 12 de octubre se sancionó la Constitución Provincial.

El 25 de mayo de 1865 se produce la invasión paraguaya, y las milicias correntinas defendieron la provincia con armas compradas por cada combatiente hasta que Buenos Aires envió tropas. Esta guerra se extendió hasta el año 1869.

En 1889, asume a la gobernación Don Gervasio J. Ruiz. Continúan los golpes revolucionarios hasta que sube al gobierno Valentín Virasoro, quien inicia una etapa de sucesiones pacíficas. Mientras que los Partidos Liberal y Autonomista se suceden entre grandes tensiones y luchas políticas.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, se fundaron numerosos pueblos y colonias, que poblaron definitivamente la Provincia de Corrientes.